Un espectáculo escénico con textos y canciones recorre la música y la historia de Alfredo Zitarrosa

«Recordándote (por qué cantamos Zitarrosa)» es el nombre del espectáculo gratuito que a partir de este sábado a las 17 se podrá ver en la sala porteña Pista Urbana y que propone un viaje íntimo por las canciones, la historia y anécdotas del poeta y cantor uruguayo, a partir de una puesta teatral, que cuenta al cantante Alfredo Piro entre sus protagonistas.

«La obra de Alfredo y su legado se encuentra en todos los márgenes de la música popular, en la música folclórica del Río de La Plata; artistas de las dos orillas y de diferentes géneros permanentemente revisitan su obra», apuntó en charla con Télam Alfredo Piro, quien homenajeó al músico junto al grupo Guitarra Negra.

Analía Sirio (canto y texto), Emiliano Petrocelli (guitarra) y Victoria Vivanco (violín) acompañan en escena a Piro en esta puesta que invita a recorrer desde el presente el universo de Alfredo Iribarne -su verdadero nombre-, quien nació en Montevideo el 10 de marzo de 1936.

«Nuestro espectáculo se propone recuperar parte del repertorio musical y poético de Alfredo Zitarrosa entramándolo con pinceladas de su biografía en un dispositivo escénico que incluye cuatro intérpretes: dos actores cantantes y dos instrumentistas, guitarra y violín», indicó Emiliano Samar, director de la puesta.

Este tributo al artista cuenta con arreglos musicales de Emiliano Petrocelli y tendrá funciones los sábados a las 17 en el local ubicado en Chacabuco 874, del barrio porteño de San Telmo.

A lo largo de sus 52 años de vida, Zitarrosa se destacó como cantor, poeta, compositor y periodista, fue el creador de memorables canciones como «Guitarra negra», «El violín de Becho», «Doña Soledad» y «Milonga de contrapunto», una composición abiertamente política que grabó hace 50 años y fue uno de los alegatos que lo condenaron al exilio.

Acerca del eje de «Recordándote…», Samar dijo a esta agencia que se trata de una propuesta intimista, donde la cercanía opera a favor de la complicidad que ofrece el relato: «El recorrido por el repertorio se transita entre anécdotas y conversaciones y junto a los espectadores vamos armando este rompecabezas cargado de metáforas y texturas», apuntó.

Para Analía Sirio el desafío más grande en este trabajo es el de respetar la esencia de cada canción (propia o adoptada) que cantaba Alfredo. «Su pureza melódica, su solemnidad que, sin embargo, sabía suavizar, su compromiso con sus ideales, la búsqueda incesante de lo auténtico, es lo que más me fascina y a la vez lo que más me subyuga», expresó la instrumentista.

«El sentimiento de humildad ante la grandeza, a su vez, me hace ‘anclar a tierra’ con esa sensación de estar escuchando o diciendo todo como si fuera la primera vez», agregó.

Télam: ¿Qué es lo que más los inspira de su canto, su guitarra y su música?

Alfredo Piro: La insignia de Zitarrosa iza su bandera desde la palabra. Verso y melodía van siempre de la mano, pero en el caso de su obra el legado anida como consecuencia en nuestra subjetividad, en nuestra forma de volver a ver nuestra realidad. Zitarrosa encierra un género en sí mismo. Y siempre hay algo nuevo de él por conocer, por descubrirse. Hace poco apareció ese fantástico largometraje con textos inéditos, y su voz profunda y grave en primera persona: «Ausencia de mi», de Marina Terribili, pero permanentemente aparece material inédito en esa usina virtual y errática que es YouTube, recomiendo adentrarse en los «Diamólogos» de Zitarrosa, un viaje lisérgico.

En mi caso, volver a él es una constante, celebro que así sea y nunca de la misma forma. La música de Alfredo habita permanentemente en mi repertorio y convive con otros temas, de otros autores y de otros géneros y estilos. Pero en este caso conlleva la particularidad de ser una propuesta muy singular, en formato teatral, sin ser una obra de teatro, pero con un guion, una puesta y con canciones, milongas, zambas o chamarritas que arrancarán-seguramente- a voz de cuello el coro del público presente.

Victoria Vivanco: La voz de Zitarrosa aparece como ambiente sonoro de mi infancia, mi abuelo lo escuchaba mucho (me hace acordar a una parte del guion esto que digo, y es así), siento que además de una vivencia particular, él es un legado de una generación que habitó el Rio de La Plata y nos influyó no solo desde lo musical, sino también desde lo identitario, lo político, que fue parte de reivindicaciones populares muy importantes en su época y que hoy en día tienen vigencia. Un artista que me inspira por sus convicciones, que me motiva a la escucha atenta, a la reflexión y a la emoción.

T: ¿Cómo viven con tus compañeros esta reivindicación de su figura, trayéndolo al presente pero respetando su seña de identidad?

Emiliano Petrocelli: Es un deleite compartido que se retroalimenta, teniendo en cuenta que cada uno/a aporta su propia experiencia de Zitarrosa. La obra se fue haciendo no sólo en ensayos, sino también en charlas y juntadas donde no faltaban las anécdotas, las peculiaridades de sus grabaciones y momentos históricos. Eso contribuyó a que el resultado estuviera bien enraizado en su origen, pero a la vez proyectado desde una perspectiva actual y personal.

T: ¿Con qué criterio pensaste en los arreglos musicales de la obra?

EP: En la música de Zitarrosa lo más importante es la palabra. Tomando eso como premisa las decisiones se aclaran, ya que todo el discurso musical debe estar al servicio de aquello que se dice, de las pausas del texto y los remates de cada estrofa. Teniendo a la milonga como vehículo principal, el lenguaje es muy rioplatense y guitarrístico, lo que en sí ya plantea una estética bien definida.

La adhesión de un instrumento melódico como el violín, con su particular presencia, propone un juego tímbrico muy interesante que en el formato dúo permite texturas que evocan un diálogo permanente como reflejo del que se da entre los personajes de la obra.