La exparticipante de Gran Hermano abrió su corazón en República Z y contó por primera vez los hechos que sufrió durante su infancia
Desde que salió de la casa de Gran Hermano, Romina Uhrig es invitada a muchos programas de televisión, de streaming y a eventos para hacer presencias. De este modo, la exhermanita tiene mucho trabajo en los medios de comunicación, que es a lo que siempre aspiró, en especial al entrar al reality. Incluso, fue convocada para cocinar en vivo, junto a su excompañero Walter Alfa Santiago, ya que eran la dupla que se encargaba de los almuerzos y de las cenas adentro del certamen.
Aunque ella fue diputada nacional, Romi asegura que la política ya no le interesa y que se había volcado a la actividad social por su pareja, Walter Festa, quien es exintendente del partido de Moreno, en la provincia de Buenos Aires.
Así las cosas, el viernes pasado la excocinera de la casa más famosa del país concedió una entrevista al ciclo Estamos en una, por República Zeta. Con la conducción de Melina Lescano, Lourdes Sánchez y Leandro Saifir, Uhrig se permitió hablar de todos los temas, incluso de uno que tenía guardado y que no lo había hecho público hasta el momento.
“Al principio no podía hablar del abuso sexual que había sufrido, tenía un dolor muy grande, si lo hablaba lloraba. Fue a los 8 años, era la pareja de mi mamá”, arrancó diciendo la exdiputada cuando le preguntaron si había padecido algún tipo de violencia cuando era chica. “No se lo conté a mi mamá, se lo conté a mi abuela Pepa, porque yo iba mucho a dormir a su casa. Cuando se lo dije mi abuela se puso como loca, y pasó justo mi tío, y ella se lo contó a él. Entonces fuimos los tres a la casa de mi mamá, y estaba su pareja, el que me había abusado. Cuando mi mamá abrió la puerta, mi tío empezó a gritar: “Llamalo al hijo de puta este”, mi mamá decía ‘¿qué pasó?, ¿qué pasó?’ , y ahí recuerdo que mi mamá al principio no me creía, de hecho hasta me dio una paliza”, recordó muy conmovida.
Luego, Romina relató que el marido de su mamá no la dejaba salir ni vestirse como ella quisiera, él decía “que yo lo provocaba”. “Viví mucho la violencia en mi entorno familiar, con mi mamá, con su pareja, y eso lo veía normal. Sufrí violencia verbal y física también, y eso repercutió después en mis parejas. Me costaba abrirme, no quería que me tocaran, o que me vieran desnuda”, contó. Y enseguida continuó con su fuerte revelación: “No viví un abuso carnal, pero sí me tocó y se masturbaba adelante mío. Yo se lo decía a mi mamá y ella no me creía pero porque ella no estaba bien, yo a mi mamá la llegué a sacar de una soga, cuando estaba a punto de colgarse y matarse”.
Casi entre lágrimas, Romina agradeció los dos papás que tienen sus hijas. “Doy gracias a Dios por los padres que tienen ellas tres, porque están presentes, son buenas personas, sanas de mente, de corazón. Y no es fácil, a veces una hace millones de cosas por decir ‘no quiero que mis hijas pasen esto y esto y no vivan ciertas cosas’ y no, no fue fácil”, reconoció.