El juicio oral por el crimen de Marianela Rago Zapata, la joven hallada degollada y con 23 apuñaladas en el departamento del barrio porteño de Balvanera que alquilaba en junio de 2010, continuará hoy con las declaraciones de los padres y el hermano de la víctima, quienes siempre apuntaron a su expareja como el autor del homicidio.
La audiencia comenzará a las 10 en la sede del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29, ubicada en la calle Paraguay 1536, en el barrio porteño de Recoleta.
Según indicaron fuentes judiciales a Télam, en la segunda jornada del debate oral declararán como testigos Eduardo Rago y Patricia Zapata, padres de Marianela (19); Matías Rago Zapata, hermano de la víctima, y su pareja.
Por el crimen de Marianela, asesinada el 27 de junio de 2010 y hallada un día después degollada y con 23 puñaladas en su departamento de Balvanera, se está juzgado a su expareja, Francisco Amador (36).
Durante la etapa de instrucción de la causa, Amador fue sobreseído en cinco oportunidades, pero vuelto a procesar hasta llegar al juicio.
«Yo creo que Amador es quien mató a mi hija. Yo creo esto fue un femicidio, más allá de que por la fecha en la que mató a Marianela, no estaba aún sancionada la ley», afirmó a Télam Patricia, previo al inicio del juicio.
Amador llegó al debate en libertad y acusado de «homicidio simple» -con pena de 8 a 25 años de prisión-, ya que la figura del «femicidio» que se castiga con prisión perpetua, recién se incorporó al Código Penal a partir de 2013.
En la primera audiencia, Amador aceptó responder preguntas de las partes y negó su responsabilidad del hecho ante los jueces Hugo Navarro, Juan María Ramos Padilla y Rodolfo Goerner.
«Soy inocente, señores, no he cometido el crimen del que se me acusa», afirmó al comenzar su exposición, que duró más de dos horas y media y en la que relató cómo conoció a Marianela en Río Grande, de donde eran oriundos, y cómo fue su convivencia en Buenos Aires.
Marianela fue hallada asesinada el 28 de junio de 2010, cuando su hermano Matías fue a ver qué pasaba en el departamento 7mo. «A» que la chica alquilaba en la calle Tucumán 2080.
La estudiante yacía en el piso del living y, según la autopsia, murió degollada y quien la asesinó le aplicó además 23 puñaladas con una cuchilla que desapareció del cajón de la cocina de la casa.
El asesino también se llevó un juego de llaves, dos celulares, una notebook, un reproductor de MP3, otro de DVD y una cámara de fotos.
Entre 2013 y 2018, la jueza de instrucción Karina Zucconi sobreseyó a Amador en cinco oportunidades al creer que no había pruebas para incriminarlo y que en el departamento de la víctima se hallaron rastros del posible asesino -algunos ADN, una huella en una lata de gaseosa y una pisada-, que fueron cotejados con él y otros sospechosos, y en todos los casos el resultado fue negativo.
Finalmente, en 2018, la Sala VI de la Cámara del Crimen procesó a Amador en forma directa en base a una nueva data de muerte, al pasado violento del acusado y a lesiones que presentaba y podrían haber sido producidas por la víctima en su defensa.
Siempre se creyó que Marianela había sido asesinada durante la mañana del 27, cuando regresó del boliche, pero una Junta Médica estableció como nuevo horario del crimen el lapso entre las 19.10 de ese domingo y las 7.10 del 28.
Como posible móvil, la Sala VI indicó que el propio Amador «reconoció que, antes de romper su relación amorosa, tenían discusiones fuertes, sobre todo en el último mes», y que en su último encuentro con la víctima -tres días antes del crimen-, Marianela «le contó que salía con otra persona».