Al menos 92 personas murieron al explotar un camión cisterna que transportaba combustible tras ser chocado por otro vehículo en una estación de servicio de Freetown, la capital de Sierra Leona, informaron hoy fuentes oficiales.
«Tenemos un informe que certifica 92 muertos», dijo el vicepresidente del país Mohamed Juledh Jalloh, durante una recorrida por el lugar de la explosión.
Poco antes, la Cruz Roja y fuentes hospitalarias habían informado que había 80 fallecidos.
Un enfermero del hospital al que fueron llevadas las víctimas dijo que vio a muchos hombres, mujeres y niños con «graves heridas», según la agencia de noticias AFP.
Por su parte, testigos señalaron que el camión cisterna explotó en una estación de servicio después de haber sufrido un accidente, y que el fuego se propagó por la zona.
Varios cuerpos calcinados fueron hallados dentro de automóviles y en las calles cercanas.
La mayoría de las víctimas son vendedores ambulantes y motociclistas que quedaron atrapados por las llamas al intentar recuperar con bidones el combustible que se derramó tras el accidente, según testigos.
El accidente ocurrió alrededor de las 20 horas del viernes (17 horas del viernes en Argentina) cuando el camión cisterna quería abastecer de combustible dentro de la estación de servicio.
«De repente un remolque golpeó el camión cisterna y éste estalló», señaló un testigo de la explosión.
El vicepresidente del país africano afirmó que hay 88 personas con quemaduras muy graves, internadas en unidades de cuidados intensivos en un hospital de Freetown.
En un mensaje publicado en la red social Twitter, el presidente de Sierra Leona, Julius Maada Bio, expresó estar profundamente «conmovido por este trágico incendio y las horribles pérdidas de vidas humanas».
«Quiero enviar mi solidaridad a las familias que han perdido a seres queridos», dijo y garantizó que el Gobierno «hará todo lo posible para apoyar» a los allegados de las víctimas.
En tanto, la alcaldesa de Freetown, Yvonne Aki-Sawyerr, lamentó no poder acudir al lugar por encontrarse en un viaje de trabajo en el exterior y admitió que las imágenes que había podido ver del accidente eran «desgarradoras».